The Good Nurse: La estremecedora historia detrás de la última película de Eddie Redmayne
Charles Cullen, fue el enfermero que mató alrededor de 400 pacientes a su cuidado durante más de una década mientras trabajaba en diferentes hospitales de Estados Unidos.
Netflix estrenó esta semana “The Good Nurse” o «El ángel de la muerte» traducida al español. El Metraje está basado en los crímenes de Charles Cullen, un enfermero que mató alrededor de 400 pacientes a su cuidado durante más de una década mientras trabajaba en diferentes hospitales de Estados Unidos.
Charles Cullen (Eddie Redmayne), es un enfermero considerado y empático que ayuda a Amy Loughren (Jessica Chastain), enfermera y madre soltera, que sufre una grave enfermedad cardiaca. Ellos entablan una fuerte amistad, sin embargo, luego de una serie de misteriosas muertes de pacientes, se inicia una investigación que apunta al enfermero como principal sospechoso de estos fallecimientos.
¿Quién fue Charles Cullen?
Charles Cullen nació en Nueva Jersey en 1960 en una familia de 8 hermanos. Intentó quitarse la vida con 9 años, debido a que la mayor parte de su infancia fue víctima de bullying y abusos. Posteriormente perdió a su madre en un accidente de auto, lo cual terminó por sepultar al inocente Charlie.
Tras dejar el Ejército y divorciarse, trabajó en varios hospitales y hogares de ancianos como enfermero, pero fue denunciado en reiteradas ocasiones por mala conducta y comportamientos sospechosos.
Tras estar en varios centros médicos, Cullen se encontraba trabajando en el Somerset Medical Center de Nueva Jersey. Aquí se encontraba Florian Gall, un paciente internado que mostraba una mejoría, sin embargo, al tiempo falleció por un infarto al corazón repentinamente. Posteriormente, se investigó la muerte del señor Gall y descubrieron que había muerto por una dosis de Digoxina (medicamento que se una para tratar las arritmias).
En diciembre de 2003 Charles Cullen fue arrestado por un asesinato en primer grado y un intento de asesinato y al día siguiente admitió haber matado cerca de 40 pacientes, pero se cree que este número está más cerca de las 400 personas. Él declaró que les daba los medicamentos a los pacientes “muy enfermos”, por lo que creía que estaba poniendo fin a su agonía y dolor.
En 2006 fue condenado por 29 homicidios y recibió 18 cadenas perpetuas. Actualmente se encuentra privado de libertad en la prisión estatal de Nueva Jersey.